Bathunter

Oscuros nubarrones se cernían amenazadores sobre él.
Mucho tiempo llevaba atravesando caFEtales y otras plantaciones,
como si huyera de la lluvia que parecía acosarle
aunque poco le importaba mojarse.
Confiaba que no le quedaría mucho más por recorrer,
hacía poco que había dejado atrás la baLIZa de peligro
por tanto se encontraba cerca, muy cerca, demasiado cerca.

Unas rocas se aCUMulaban frente a él cortando el camino
pero no lo importó, desPLEgó su mapa y trazó el camino
a seguir con su dedo, un pequeño rodeo de unos cientos
de metros y llegaría a la fuente de los mil cAÑOS.

Las gentes de la zona eran corderos suMISos
que vivían en cuevas soTERradas y esperaban
que algún valiente fuera capaz de queMAr
el mal que les atenazaba con sus garras.

El cazador desNUdó su terrorífica estaca
y colocándola con una mano sobre el hELado pecho
apretó con fuerza mientras con la otra
agarraba con desesperación su único escudo:
un bote de salsa con una nociva concentración de ajos,
más conocida en su círculo como saltaempastes.